Sonata, op. 67

• Géneros: Clásica / contemporánea
• Formación: Dúos
• Coleccion: Siglo XX

Esta Sonata para violín y piano op. 67 fue compuesta el año 1994 después de una prolongada insistencia del eminente violinista y amigo Jaume Francesch. La nota triste de la composición fue que el violinista Jaume Francesch, a quien dediqué la obra, no pudo estrenarla ya que falleció a finales del mismo 1994. Manuel Guillén la estrenó brillantemente el año siguiente.

Como todas mis sonatas para instrumento y piano tiene un papel tan importante como el solista interactuando con él en un verdadero dúo. Un lirismo gentil domina la exposición del primer movimiento en forma «sonata». La música a compás de 5/4 fluye amablemente cantando en toda la tesitura del violín con texturas diáfanas. En su desarrollo la música despliega algo más de agresividad y ritmo siempre manteniendo el mismo tempo. Unos armónicos lejanos del violín concluyen plácidamente el movimiento después de una reexposición modificada. Continuando este ambiente mágico, el primer tema del tiempo lento tiene carácter introductorio a través de una melodía aguda y lejana en armónicos presentada por el solista que se repite tres veces más en estilo fugado en el piano cada vez una octava más abajo. Después de un interludio corto pero intenso a cargo del piano, el violín presenta el tema principal del movimiento también de ritmo tranquilo y expresivo que progresivamente se agita adquiriendo más tensión.Una vez alcanzado el punto culminante, la música vuelve a serenarse para buscar un final bien relajado reexponiendo en forma de espejo los dos temas.

El último movimiento, de ritmo ternario con marcados acentos y hemiolias, está escrito en forma modificada de rondó. La parte central está íntegramente basada en el primer tema del segundo tiempo adquiriendo un desarrollo excitante. Una coda rápida y enérgica finaliza la pieza brillantemente.

Salvador Brotons