Sonatina invernal

• Géneros: Clásica / contemporánea
• Formación: Dúos
• Coleccion: Siglo XXI

Escrita durante el invierno de 2007, la obra representa de una forma metafórica los tres estados de ánimo de un ciclo amoroso breve pero intenso.

El primer movimiento, Poniente (viento lluvioso que llega del oeste y lugar por donde se pone el sol y por lo tanto heraldo de la noche) representa el comienzo, la alegre y fresca agitación de algo nuevo. El violín canta alegre y evocador por encima del movimiento constante de la guitarra que, lejos de hacer una función meramente de acompañamiento, ejerce un papel contrapuntístico en su voz superior, con una formula rítmica y temáticamente constante que hace de contraste a la frescura y espontaneidad del violín.

El segundo movimiento, Largo-Balada-Largo, está dividido en dos partes muy diferenciadas. En la primera la guitarra se expresa sola y reflexiva, lenta, pausada: son los momentos de espera y soledad previos al reencuentro en donde, al fin, en la segunda parte, aparece el violín en una balada dulce y sencilla a modo de añoranza, y en la que la guitarra responde también contrapuntísticamente de una forma casi barroca. Vuelve después otra vez la calma y la reflexión de la primera parte.

El tercer movimiento, Danza ritual, también de carácter contrapuntístico, es el más agitado y violento de los tres. Representa el reencuentro, la resolución de una excitación contenida y casi febril, primario, percutivo e inconstante, es la llama que se consume rápido pero intensamente. En su parte central el violín retoma diluido el tema principal del primer movimiento, pero esta vez presentado con mas intensidad y dramatismo, ayudado por el ostinato de la guitarra que finalmente desemboca en un trino histérico que nos conduce de nuevo a la primera parte, acabando de forma repentina y a contratiempo a modo de interrogante.