Discípulo de su padre, Manuel Saderra, en 1903 inició, con la sardana A ras de suelo, una producción sardanística de más de cuatrocientas composiciones con una técnica de una gran simplicidad, pero a las que les dio un carácter muy personal.
Instalado en Banyoles desde 1916, hay creó el Orfeón Popular Banyolí, la copla La Principal de Banyoles, y el corazón de hombres Armonías del Lago. De carácter abierto y espontáneo, su contacto directo con los auditorios populares podían favorecer el nacimiento del mito, aspecto al que hay que añadir las dosis de poesía y sentimiento que contienen sus composiciones.
Con una inspiración muy rica y excepcional conocedor de las posibilidades tímbricas y sonoras de la copla, produjo sardanas de bellas y cautivadoras melodías hasta configurar un extenso catálogo que contiene algunas piezas que se pueden considerar legendarias. De una larga lista, las sardanas más conocidas son: Bell Penedès, Merced, Poncellina, ruidosa, Santa Pau, Vigatana, Chicas poblenovines, María de las trenzas (con letra de Ramon Ribera Llobet) y La joven.