RUBINSTEIN, Antón

Rubinstein recibió las primeras lecciones de piano de su madre, y los 7 años se convirtió alumno del célebre pianista Alexander Villoing. Con él comenzó una gira de conciertos por Europa entre 1840 y 1843 que inició en París, ante un público que incluía Frédéric Chopin y Franz Liszt. Londres, los Países Bajos, Prusia, Sajonia, Austria ... fueron algunos de los países que acogieron a los conciertos del niño prodigio, entre los que destacan los que ofreció a personalidades como la Reina Victoria o algunos miembros de la familia imperial rusa.

En 1844, con su madre y su hermano Nikolai, se instaló en Berlín, donde residiría durante dos años. Allí estudió contrapunto y armonía con Siegfried Dehn, que también había sido profesor de Mijaíl Glinka. En Berlín tuvo la oportunidad de conocer y hacer amistad con Félix Mendelssohn y Giacomo Meyerbeer (que eran de origen judío, como la familia Rubinstein), y la pianista española Pilar Fernández de la Mora.

Con la muerte del padre en 1846, la familia volvió a Rusia, pero Anton se quedó en Viena. Los dos años siguientes vivió en la capital austriaca en condiciones de pobreza, sobreviviendo gracias a las lecciones de piano que impartía. Pero cuando regresó a Rusia en 1848 y se estableció en San Petersburgo, la gran duquesa Elena Pavlovna la acogió bajo su protección. Su patronaje, que se extendió a otros proyectos tales como la Sociedad Musical Rusa o el mismo conservatorio, fue un elemento clave en la vida musical de Rubinstein. Aparte de residir en uno de sus palacios, el joven pianista tocaba para las veladas que organizaba la duquesa, en las que a menudo asistían el zar y su familia.