2 + 3 Capricci

• Géneros: Clásica / contemporánea
• Formación: Solo
• Coleccion: Siglo XXI

Siempre me he sentido atraído por los caprichos, piezas relativamente breves que admiten una escritura muy libre: los veinticuatro que escribió Paganini representan el máximo referente en este tipo de composiciones.

Los primeros caprichos que escribí son del año 1998. Publicados bajo el título de Quatre Capricci, los dediqué a mi hija Susanna, entonces en plena evolución técnica como violinista.

En el año 2011, mis amigos Kalina Macuta y Daniel Blanch me hicieron un regalo que no esperaba: un doble CD con buena parte de la obra para violín de la compositora polaca Grazyna Bacewicz (1909-1969). El catálogo de esta compositora es muy extenso y, a día de hoy, podemos escuchar muchas obras registradas en varios países. Grazyna Bacewicz era también violinista y había tenido contacto con Karl Flesch.

La sorpresa al escuchar su obra fue mayúscula. No esperaba una música de una autora que desconocía tan cercana a mi sensibilidad. El impacto que me causó escuchar su obra por primera vez motivó a escribir dos caprichos que he llamado Grazyna y que he dedicado a Kalina Macuta. A esta compositora me une una percepción de la música muy parecida, sea de ambiente —por su tratamiento rítmico y melódico— o de estructura formal. Los principales modelos de referencia de los dos caprichos les debo a su Capricho nº 1 de 4 Kaprysy, y a su Sonata para violín solo del año 1958, que escribió para el Concurso Internacional Henry Wieniawski.

A finales de 2012, de nuevo, Daniel y Kalina me hablaron de otro autor polaco que, si bien lo conocía de nombre como violinista, me era desconocido como compositor. Me refiero a Karol Lipinski (1790-1861), que además de gran violinista dejó un catálogo de obras importante. 

Lipinski fue amigo de Robert Schumann, quien le dedicó su Carnaval, op. 9, y también de Paganini, con quien realizó dos conciertos a duo en el año 1818 en Milán. Sin embargo, la rivalidad que existió entre los dos destruyó su amistad.

Destacan cuatro conciertos para violín y orquesta, el más conocido de los cuales lleva por título Concierto Militar. Lipinski compuso polonesas, rondós, fantasías, cuartetos de cuerda y dos recopilaciones para violín solo muy valiosas: los Impromptus op. 34 posth. y los tres Capricci op. 27 escritos en 1818.

Encontré muy interesantes las dos series de obras a solo y no dudé ni un momento en escribir tres caprichos inspirados en estas dos colecciones: establecer una especie de diálogo intercambiando fórmulas suyas y mías, como en un juego. Los tres caprichos que han resultado de esta labor son un compendio de técnica violinística.

Jordi Cervelló